Hora de andar - Hora de andar con Shawn Mendes

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Shawn Mendes: Creo que nos olvidamos de lo fácil que es la práctica de la conciencia plena. Hay muchos libros, meditaciones y cosas que puedes hacer para calmar tu cuerpo y tu alma, pero una de las más originales y legendarias que se puede hacer para relajarse es salir a caminar.

[MÚSICA DE APERTURA]

Sam Sanchez: Estamos en Time To Walk, donde algunas de las personas más interesantes e inspiradoras del mundo comparten historias, fotos y canciones que han influido en sus vidas. Shawn Mendes irrumpió en la escena de la música pop a los 15 años luego de que un video suyo cantando y tocando la guitarra se viralizara en las redes sociales. Ahora, con 22 años, ya ha obtenido varios discos de platino y ha realizado giras por todo el mundo. En esta caminata, cuenta cómo un ritmo más lento lo ha llevado a alcanzar logros personales y creativos.

[SONIDO DE PASOS Y BICICLETAS]

Shawn Mendes: Vaya, esto es Los Ángeles. Todo el mundo tiene bicicletas eléctricas y extraños dispositivos en esta montaña. Si estuviera en Canadá, usaría una bicicleta tradicional.

Ahora mismo estamos caminando por un sendero bastante ancho en amplio en Parque Griffith. Es espectacular. El sol se está preparando para ponerse y en este momento hay un brillo muy agradable en el aire.

Nos dirigimos a la cima, donde hay una hermosa vista de todo el Parque Griffith. Estaremos allí en un momento.

Antes de lanzar mi último álbum, apenas llegué de la gira, entré al estudio. Básicamente, tuve un ataque de pánico total. Colapsé, porque estaba en este estado mental en el que si no lograba superar la música o los récords que había batido en el pasado, significaba que era un fracaso.

Mi miedo se impulsaba por el hecho de que, “si no puedo grabar un gran álbum, si no puedo crear arte de calidad, entonces, ¿quién soy?”. Porque eso es lo que me define. Es lo que soy, la música.

Estaba hablando por teléfono con mi mamá por FaceTime y le dije: “No sé qué me está pasando. No puedo cantar. Mi cuello está muy tenso. No… Quizás no esté listo. Quizás no tenga otro álbum dentro de mí “. A partir de estos locos pensamientos internos y de baja autoestima me di cuenta de que estaba pasando por algo más profundo.

Entonces pensé: “Necesito tomarme un mes de descanso para reconsiderar”. Durante ese mes de descanso hice mucha meditación, mucha lectura y encontré una charla de Elizabeth Gilbert. “Probablemente lo descuartice todo”, como dijo ella de una forma tan poética y hermosa. Pero en un momento de la charla, cuenta que, en la antigua Roma, si un pintor era genial, la gente en la ciudad decía que ese pintor tenía a un genio viviendo dentro de sus muros. Básicamente, lo que eso significaba era que si el pintor tenía éxito, no podía llevarse todo el crédito para sí y, si fallaba, tampoco se llevaría todo el fracaso porque el genio en sus muros también intervenía. Ella habla sobre cómo lo mejor que puedes hacer por ti como persona creativa es rendirte al hecho de que la creatividad es mágica, que surge de imprevisto. Es lo que nos surge de la nada. Y si quieres que sea genuino y que se sienta auténtico, tienes que aceptar el hecho de que a veces entras en el estudio o en aquella parte del proceso creativo en que te encuentres y no se te ocurre nada. Tal vez eso solo signifique que el genio dentro de los muros no vino ese día.

Recuerdo que cuando escuché eso me dio escalofríos. Era el momento de quitarme la presión de encima, de lograr entrar al estudio y estar bien aunque cuando llegara, no se me ocurriera nada o si no supiese sobre qué escribir. Y pude sentarme allí y ser honesto conmigo mismo y con los escritores a mi alrededor, con los que tenía miedo de ser vulnerable, y pude decirles: “Chicos, hoy estoy quemado y realmente no sé de qué quiero hablar, así que sencillamente pasemos el rato”. Lo que terminó sucediendo fue que muchas veces, al abrir esa puerta a la vulnerabilidad, surgían las ideas y la música comenzaba a fluir más rápido y mejor que antes.

Creo que aceptar y rendirme ante el proceso, finalmente, me permitió encontrar una parte real de mí, mi arte verdadero.

Al día de hoy, estar constantemente rindiéndome y soltando probablemente sea en lo que más trabajo y lo que más me cuesta porque todos somos adictos a tener el control. A controlar nuestros destinos. Pero no siempre podemos y soltar también puede ser un proceso hermoso.

Una cosa que he notado es que hay mucha presión sobre cada persona, ya sea de parte de la sociedad, la familia o, más que cualquier otra cosa, probablemente de uno mismo, y sé que suena muy trillado, pero no se trata de hacer las cosas a la perfección necesariamente. Se trata simplemente de hacerlas y aceptar que únicamente puedes llegar a ser genial si te equivocas muchas veces. Tienes que ser valiente para equivocarte. Tienes que dar el salto y ser capaz de caerte de bruces frente a la gente y frente a ti mismo. Ver cómo te equivocas es, en realidad, la parte más difícil. Cuando puedes verte fallar y luego ponerte de pie, darte una palmadita en el hombro, limpiarte el polvo y decirte: “Vas a estar bien. Todo estará bien. Te tengo cubierto. Todavía estoy aquí para ti, acompañándote”, es cuando ocurre algo realmente grandioso. Confiar y creer en uno mismo es lo que te permite comenzar a dar verdaderos pasos hacia adelante en la vida y en todos sus aspectos.

[SONIDO DE GENTE RIENDO]

Tenemos risas. ¿Cómo estás? Hola.

Es complicado porque solo conozco mis propias experiencias internas y me expreso basándome en ellas. Pero hay algo que se llama “relación señal/ruido”. Existe algo llamado relación señal/ruido. Esto fue algo que aprendí y que cambió mi vida no solo como intérprete, sino también como hijo, como novio y como amigo. Se da cuando hay muchos estímulos afectando tu vida, especialmente hoy en día que estamos constantemente pendientes del teléfono celular, que termina produciendo que ese ruido en nuestras cabezas se haga cada vez más fuerte. Y cuanto más ruido tienes, menos capaz eres de conectarte en la señal, en la razón por la cual haces algo, por la cual amas a alguien, por la cual escribes o por la cual haces lo que sea que hagas en la vida.

Así que, sobre todo en las últimas semanas, he tenido una agenda bastante ocupada. Por eso, he estado comenzando mis días dando un paseo, aclarando mi mente. Dejo mi teléfono en casa, me voy y despejo mi cerebro. A veces, cuando me siento un poco descentrado, toco las plantas.

Para mí, salir a caminar todas las mañanas no es solo un tipo de meditación, sino que es más como un: “Tengo que caminar literalmente durante 25 minutos para dejar que todo el ruido salga de mis oídos, para poder recordar que, cuando esté de regreso tras esas puertas y vea a una persona que ame, la ame, y que el ruido ya no esté. Así puedo, simplemente, amarla”. Y cuando salgo a caminar antes de subir al escenario para actuar, dejo que todo el ruido salga de mis oídos, subo a ese escenario y digo: “Oh, sí, esto no se trata de mi ego. No se trata de ser el mejor cantante y el mejor intérprete. Se trata de tocar la guitarra y cantar porque amaba hacerlo cuando tenía 15 años y todavía amo hacerlo a los 22. Así que subiré allí porque es divertido, no por los elogios”.

Quiero decir, al crecer, cuando tenía unos 14 años, Justin Bieber era mi superestrella. Creía que nunca podría llegar a ser tan bueno como él. Pero esa duda que uno tiene puede convertirse en miedo o puede convertirse en: “Quiero demostrar que soy mejor que él”. Ambas opciones son erróneas y dolorosas tanto para ti como para quienes te rodean.

Entonces me encontré en una posición en la que estaba a punto de actuar con Justin Bieber en los AMA.

Realmente quería demostrar que merecía estar allí. “¿Por qué tengo tantas ganas de demostrar que merezco estar allí?”. Entonces me di cuenta de que era miedo y duda sobre mí y luego comprendí que el miedo y la duda procedían del hecho de que había mucho ruido en mi cabeza. Perdí mi señal y mi propósito. Salí a caminar y me pregunté: “Muy bien, entonces, ¿por qué cantas? ¿Por qué haces música?”.

Hay muchas respuestas diferentes. Cambian día a día, pero la principal es que, bueno, me hace feliz, hace feliz a la gente y difunde un mensaje de amor. Y luego me pregunté: “¿Tiene algo que ver con Justin Bieber?”. Y pensé: “Bueno, no con él. Con todos”. Y me pregunté: “¿Sonar mejor que él o sonar peor que él cambia el hecho de que cantar difunde amor?”. Me contesté: “Bueno, no”. En ese momento me di cuenta de que mi ego estaba involucrado y que ese descubrimiento solo fue posible al permitir que el ruido de mi mente se redujera.

Creo que todo el mundo tendría que darse un poco más de crédito. Hace 50 años no había tantos estímulos. Creo que la gente tal vez no piensa lo suficiente en esto. Cuando nos despertamos y no nos sentimos tranquilos y confiados, queremos castigarnos. Pero no es justo porque, de todos modos, no nos hemos preparado para ese estado de calma y confianza.

Así que la relación señal/ruido es muy, muy importante.

[SONIDOS DE PÁJAROS Y BICICLETAS]

Cuando era niño, recuerdo que todas las mañanas tenía una prisa extrema para ir al gimnasio, para ir del gimnasio al estadio o para lo que fuese que tuviera que hacer. Un día entramos en una cafetería y dije: “Tomaré lo de siempre. Un expreso para llevar, por favor”. Estando allí, miré por encima de mi hombro y vi a mi mánager de gira, Cez, sentado a la mesa tomando café en una taza y con las piernas cruzadas. Y pensé: “¿Qué está haciendo? Tenemos que irnos”. Entonces le pregunté: “Oye, ¿te vas a quedar sentado aquí?”, y él contestó: “Sí. Te veré luego en el lugar del concierto si quieres”. Le pregunté: “Pero, ¿por qué?”, y él me dijo: “Bueno, porque quiero sentarme aquí y disfrutar de mi café”. Entonces dije: “Pensándolo bien, creo que también quiero sentarme aquí y disfrutar de mi café”.

Me senté con mi café para llevar hasta que finalmente me trajeron una taza para beber allí mismo. Ese momento de sentarme y disfrutar de mi café se convirtió en una metáfora de cada momento de mi vida. Fue algo que me ha quedado grabado para siempre porque siento que estamos constantemente tratando de llegar a alguna parte. Si siempre estamos tratando de llegar, nuestra vida pasará de largo y un día caeremos en la cuenta de que aún no hemos llegado, y de que, además, todo ese tiempo quedó atrás.

Creo que lo único por lo que soy absolutamente privilegiado es por el tiempo. Es algo que no todo el mundo tiene y tengo mucha suerte de poder dedicar un par de horas cada mañana a tener una rutina para mí. En mi opinión, esa rutina es extremadamente importante porque se ha transformado en un ritual de amor propio y confianza en mí. Este ritual es mi base para poder tener una vida consistentemente segura, feliz, fuerte y apasionada. No hay trucos de magia. No hago ningún truco de magia cada mañana para ser feliz, pero lo que sí funciona realmente bien es levantarme temprano. Así que me doy tiempo para abrir los ojos, permanecer recostado en la cama y no revisar mi teléfono.

No tengo idea de cuántas reproducciones tiene mi canción. No tengo idea de cuántos me gusta obtuvo mi foto de Instagram. No tengo idea de cuántas personas me han enviado mensajes de texto. Es genial. Soy sólo yo y estoy ahí. Puedo estar presente y concentrarme en despertarme.

[SONIDO DE MOTOS]

Tenemos motoqueros. Tenemos motoqueros.

Yo, que desde que tenía 15 años he viajado por el mundo y me he hospedado en hoteles, durante el COVID tuve, por primera vez, la oportunidad de lavar la ropa y cocinar por tres meses. Sé que no suena como lo más divertido del mundo, pero me ha hecho recordar y darme cuenta de lo especial que era poder estar en la misma casa todos los días, poder oler la ropa mientras la lavo y poder usar las mismas ollas y sartenes todos los días.

Quiero ser especialmente sensible al hecho de que mucha gente tiene dos empleos al día, trabaja sin descanso, con tres hijos que cuidar y sin necesariamente tener tiempo para sentarse en el lavadero a pensar: “Mmm, huele tan bien”. Es realmente maravilloso tratar de no perder eso de vista, el hecho de que algo tan simple como el olor de la ropa limpia pueda ser un momento hermoso.

Creo que no me di cuenta de que estaba en un tren que no se detenía, que avanzaba a toda máquina. En mi mundo se siente como si siempre estuvieras persiguiendo la próxima emoción y nunca estuvieses conforme con lo mundano. Luego, al comenzar el encierro del COVID, aprendí que existe una belleza real en las frivolidades de la vida. Era algo que no recordaba haber experimentado probablemente desde que tenía 14 o 15 años. Entonces, mi objetivo desde que comenzó el COVID y desde que encontré algo de tiempo para estar quieto durante el confinamiento ha sido simplemente mirar a mi alrededor y estar lo más presente posible.

Mientras digo esto, veo una abertura en el camino desde donde se puede ver el atardecer. Hay una enorme abertura en un acantilado. Puedes ver Los Ángeles, se ve hermoso. Incluso se avista el océano.

No siempre se tiene una vista tan hermosa, pero supongo que es la forma en que la miras. Es el darse ese tiempo para apreciarla.

Cuando empecé a componer letras, inmediatamente comencé a escribir con escritores. Me generaban confianza porque sabía que podía contar con ellos. Después de escribir unas 10 o 15 canciones, volví a casa en mi ciudad natal después de haber estado mucho tiempo en Nueva York. Estaba en mi habitación, sintiendo toda la presión y pensando: “Demonios, es demasiado”.

Sentía: “Esto es un poco desmedido para este momento”, y quise escribir una canción sobre esa sensación, pero me estaba demasiado inseguro para decirlo desde la perspectiva de “me siento así” o “estoy pasando por esto”. Así que la letra fue sobre una chica y cómo ella atravesaba esa situación. Siempre puse esa red de contención, de modo que si alguien preguntara: “¿De qué trata la canción?”, yo diría: “Oh, habla de una amiga mía”. Finalmente, cuando los fanáticos escucharon la canción, dijeron inmediatamente: “Esto es sobre ti”. [RISAS]

A partir de ese momento, se convirtió en la que probablemente sea una de las canciones más importantes para mí y para mis fans, a nivel personal. No espero escucharla muy seguido en la radio.

[LA MÚSICA INCREMENTA EL VOLUMEN]

Pero cuando vayan a mi concierto, sin importar cuántos fans haya, y comience a tocar “A Little Too Much”, conocerán la letra porque es una canción especial.

[MÚSICA - “A LITTLE TOO MUCH” DE SHAWN MENDES]

“Señorita” fue una especie de momento mágico dentro de una botella. Camila [Cabello] y yo estábamos en Los Ángeles. Entramos al estudio y acabamos terminando la canción juntos. Tres días después fueron los ensayos de baile. Fue la primera vez que tuve que aprender a bailar salsa, lo cual era completamente aterrador de hacer con la chica de la que estaba perdidamente enamorado. Ella no lo sabía.

Cuando estaba en Los Ángeles a punto de ir a mi primer ensayo de baile con Camila, básicamente, me daba ánimos yo solo para convertirme en un guerrero de confianza a su alrededor ya que me gustaba muchísimo. Estábamos en los ensayos de baile. Yo hacía todo lo posible para bailar no tan horriblemente, y en la parte en que tengo que sujetarla, mi mano se resbala. La dejé caer por completo y golpearse la cabeza contra el suelo del estudio de baile.

En ese momento me dije: “Es el fin. He arruinado mis posibilidades con ella. Todo está… Toda mi vida ha terminado”. Pero, obviamente…

[LA MÚSICA INCREMENTA EL VOLUMEN]

…Mi vida entera no había terminado. Todo salió bien, pero nunca olvidaré el momento en que la dejé caer de cabeza. Ahora me niego a bailar salsa con ella. Luego, cuatro días después, terminamos filmando el video musical. Ese fue el nacimiento de “Señorita”.

[MÚSICA - “SEÑORITA” DE SHAWN MENDES Y CAMILA CABELLO]

“Wonder” es la mamá de mi álbum y amo tanto esta canción porque creo que, mientras la escribía, fue una especie de lección, como si me preguntara: “¿Puedo decir cómo me siento o tengo miedo de lo que la gente pensará?”.

Creo que “Wonder” ha sido, para mí, un flujo real de conciencia, de expresar mis miedos y mis preocupaciones sobre el mundo. Creo que es una de mis canciones favoritas hasta la fecha porque no importa cuántas veces la escuche, siempre me recuerda: “Oh, sí, tienes que ser tú mismo. Solo tienes que permitirte la libertad ser libre”. Y me di cuenta de que, cuanto más hablo de mi verdad, más personas se hacen eco de esa verdad y se sienten realmente conmovidas por ella.

[MÚSICA - “WONDER” DE SHAWN MENDES]

Estoy sin aliento porque caminar y hablar no es fácil, no importa lo que digan. Especialmente si es cuesta arriba. Pero es hermoso y creo que 20 o 30 minutos de caminata siempre aclaran mi mente. Siempre me hacen sentir un poco más tranquilo.

Muchas gracias por tomarte el tiempo de caminar conmigo.