Hora de andar - Hora de andar con Jane Fonda

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Jane Fonda: Siempre he amado caminar porque siempre he amado explorar. Siempre he amado la naturaleza. Mi lugar favorito para caminar es en la profundidad de un bosque oscuro porque me hace ser consciente de las capas del tiempo y de la vida.

[MÚSICA INTRODUCTORIA]

Sam Sanchez: Es Time to Walk, donde algunas de las personas más interesantes e inspiradoras del mundo comparten historias, fotos, y canciones que han influenciado sus vidas. La dos veces ganadora del Oscar Jane Fonda es una legendaria actriz, productora, autora, y activista. En esta caminata, ella habla de enfrentarse a sus miedos, y del poder de tomar acción en la pelea contra el cambio climático.

[SONIDO DE PASOS]

Jane Fonda: En mis 40, hice una película y se llamaba “On Golden Pond”.

Antes de que él muriera, quería hacer una película con mi papá. Él estaba enfermo y yo sabía que a él no le quedaba mucho. Significó mucho para mí esta… esta película. La protagonizaba mi padre y Katharine Hepburn. Katharine Hepburn era… Ella era algo extraña, ya sabes. Ella era… Dios, ella parece joven ahora, pero en ese entonces, pensaba que era bastante mayor. Ella tenía como 73 años. Yo tengo 83 ahora, por cierto. Ella era 10 años más joven que yo ahora cuando hicimos la película y ella era muy quisquillosa. Yo no le agradaba.

De hecho, lo primero que me dijo fue, cuando la conocí en su apartamento en Nueva York para hablar de la película, “No me agradas.” La razón por la que me dijo eso fue porque yo no había estado presente cuando ella y mi padre se conocieron. Verás, ellos no se habían conocido hasta ese momento. Pero yo estaba haciendo otra cosa. Estaba viajando por el sur con Dolly Parton.

Así que, en fin, en la película, como ya deben saber, mucha gente ha visto la película, yo tengo que hacer un salto hacia atrás y lanzarme a las frías aguas del lago Squam. Yo odio el agua fría. Odio tener que hacer volteretas hacia atrás y estaba aterrada. Y no tenía intención de hacerlo yo. De hecho, ya habían contratado a, a un doble para que lo hiciera por mí. Pero durante esa misma reunión, cuando Katharine Hepburn me dijo que no le agradaba, ella también dijo, “¿Tú vas a hacer el salto?”

Bien, en cuanto ella dijo eso, yo pensé, “Oh, Dios. Tendré que hacerlo.”

Y le dije, “Oh, sí. Yo, yo lo voy a hacer.” Así que nos mudamos a Nuevo Hampshire, donde estábamos filmando la, la película y por un mes, cuando no estaba grabando, yo entrenaba con el entrenador de nado de la universidad de Maine, primero usando un colchón y un arnés, luego me lanzaba del trampolín a la piscina con un arnés, siempre con torpeza. Eventualmente me gradué, y él me llevó a… a una balsa, una balsa en el lago en frente de la casa donde vivían Katharine Hepburn y mi padre, justamente de la cual me lanzo en la película. Y, día tras día, yo practicaba el salto hacia atrás, pero sin lograrlo.

Y luego, un día, por fin logré hacer el salto hacia atrás.

Eso sí, mi cuerpo estaba lleno de moretones, y no era muy hermoso, pero hice el salto. Y mientras salía del agua, miré arriba, y Katharine Hepburn se levantaba.

Ella había estado agachada viendo detrás de unos arbustos. Oh, Dios. Y caminó hacia mí, y me miró directo a los ojos, y dijo, “Jane, me has enseñado a respetarte.” Me dijo, “Te enfrentaste a tu miedo. Eres fuerte. Eso es lo importante. Ser fuerte.”

Sabes, hice la película “On Golden Pond” por mi padre, pero curiosamente, fue Katharine Hepburn quien me enseñó varias lecciones.

Ella asumió el papel de la sabia. Me protegió y me enseñó cosas. Nunca perdería la fortaleza después de esa experiencia con Katharine Hepburn, quien me quiso por enfrentarme a mis miedos.

[SONIDO DE PASOS]

En 1972, fui a Vietnam del Norte. Fui sola, lo que fue un error. Pero fui allá porque me habían dicho unos diplomáticos europeos que los Estados Unidos estaban bombardeando los diques de tierra en Vietnam del Norte. Vietnam del Norte, el delta del Río Rojo está bajo el nivel del mar. Si se destruyen los diques, el delta del Río Rojo lo inundará.

Y las 100 o 200.000 personas en riesgo de morir de hambre o ahogadas. La gente en este país estaba preocupada por la guerra porque era justo antes de la estación de los monzones. Y yo fui para atraer atención a lo que estaba sucediendo. Y en la tarde antes de mi último día en Hanoi, me pidieron que fuera… a un escenario que había afuera porque querían que viera una presentación vietnamita de la obra de Arthur Miller, “All My Sons”.

Ahora, para aquellos que no han visto o leído la obra o no saben de qué se trata, esta obra de Arthur Miller es sobre el dueño de una fábrica, un tipo que es dueño de una fábrica que hace partes para bombarderos estadounidenses. Y uno de sus hijos es un piloto bombardero. En el transcurso de la obra, se descubre que la fábrica del padre hace partes defectuosas. Pero el padre no había dicho nada porque no quiere perder el contrato gubernamental.

Y el hijo que es piloto se estrella y muere. No sabremos si su avión tenía una pieza defectuosa, pero él muere. Y el hijo más joven ataca a su padre, no físicamente, pero le hace saber a su padre lo terrible que es no decir la verdad y arriesgar la vida de la gente por avaricia. ¿Okey?

Esta obra la interpreta para mí una compañía de actores vietnamitas en un escenario a las afueras del hotel donde me hospedaba en… en Hanói.

Era en vietnamita. Así que no la entendía, pero ya conocía la obra. Y yo, me senté al lado del director de la obra. El intérprete estaba del otro lado. No estaba conmovida por la obra, pero seguía pensando y le pregunté al director, “¿Por qué? Estados Unidos está bombardeando su país. ¿Por qué presenta esta obra?”

Resulta que los actores… Era una compañía viajera de actores que iban a las aldeas que acababan de ser bombardeadas y presentaban esta obra y yo no entendía el por qué.

El director llamó al intérprete y me dijo esto a través del intérprete. Él dijo, “Un día, la guerra habrá terminado, y tu país y el mío tendrán que hacerse amigos. Es importante que mi gente no odie a los estadounidenses, y esta obra muestra que hay buenos estadounidenses,” y ese, por supuesto, sería el hijo que atacó a su padre por fabricar partes defectuosas, “y que hay estadounidenses malos,” el dueño de la compañía.

Él siguió, “Tratamos de enseñarle a la gente que vive aquí, que están siendo atacados, que no todos los estadounidenses son malos, cuando la guerra termine, no odiarán unilateralmente a todos los estadounidenses.”

Yo recuerdo que me quedé sentada ahí. Con la boca abierta. Yo no podía… O sea…

Creo que es una historia importante para reflexionar. Ciertamente tuvo un efecto en mí.

Durante casi todo el 2019, me sentía muy mal. Tenía un sentimiento de pavor que yo… No recuerdo haberme sentido así antes. Sabía que el calentamiento global se hacía peor. Sabía que había una crisis. Había hecho todo lo que una persona podía hacer para reducir su huella de carbono. Pero sabía profundamente que eso no sería suficiente. Sabía que, aunque todos lo hiciéramos, no sería lo suficientemente rápido para marcar una diferencia. Pero no sabía qué hacer. Estaba desanimada.

Y fui con mis amigos a Big Sur. Verás, es esta franja de tierra que está cinco horas al norte de Los Ángeles y de dos a tres horas al sur de San Francisco. Es un lugar hermoso.

He tenido experiencias transformadoras en Big Sur. Y literalmente, el viernes antes de irnos, recibí el nuevo libro de Naomi Klein, llamado “On Fire: The Burning Case for a Green New Deal” y lo llevé conmigo. Cuando llegamos allá, comencé a leerlo.

Lo primero que me impactó fue la forma en la que hablaba de Greta Thunberg. Digo, todos han escuchado de Greta Thunberg y saben que es autista y que es una líder en la lucha por el cambio climático. Pero leyendo el libro de Naomi y la forma en la que hablaba de Greta, era la primera vez que ella conecta el Asperger de Greta y lo expresiva que es cuando habla acerca del clima. Cuando tienes Asperger, te concentras mucho en lo que sea que te interese.

Greta, desde muy joven, desde los nueve, entendió que había una crisis climática. Y tuvo una depresión muy profunda. Ella dejó de hablar. Ella dejó de comer. Estaban muy, muy preocupados por ella. Luego llegó el punto en que ella quiso tomar acción, fue e hizo un aviso y fue, cada viernes, se sentaba con su aviso: “Protesto desde la escuela por el medio ambiente,” frente al Parlamento de Suecia.

Y por lo que he leído, sus padres dijeron que una vez empezó, su depresión mejoró. Empezó a hablar. Comenzó a comer. Y eso me dio risa porque en mi experiencia, eso es lo que pasa. Tomar acción es el mejor antídoto contra la depresión. Pero lo que dijo Greta fue, “Es como si nuestro hogar se estuviera quemando. Debemos comportarnos como en una crisis porque eso es lo que es. Dejen de actuar como si nada pasara.”

Muy dentro de mi supe, si esta jovencita ve todo tan directo y claro, eso es real. Y lo podía sentir en mi cuerpo. Era como si mi cuerpo empezara a vibrar. Me sentí electrificada.

Pensé, “Okey, lo sé. Sé lo que tengo que hacer.” Y me dije, “Voy a ir a Washington, y voy a empezar a protestar.”

Así que me mudé a Washington por cuatro meses, y junto a Greenpeace y a muchas otras organizaciones allí, incluyendo todos los jóvenes estudiantes activistas del clima porque me reuní con todos para que me aceptaran… No quería que pensarán que ahí estaba esta vieja estrella de cine llegando a D.C. tratando de quitarles el crédito. Me alegra que estemos juntos en esto.

Decidimos, junto a Greenpeace, estratégicamente hablando, que necesitábamos a todo aquel que le importara el clima pero que jamás hubiese actuado, que actuara ahora. Quería pedirles que se involucraran.

Así que decidimos que cada viernes tendríamos un mitin, y en cada mitin, cada viernes, nos enfocaríamos en un aspecto diferente de la crisis climática, cómo afecta los océanos, cómo afecta los bosques, cómo afecta a las mujeres, cómo afecta la salud. Luego del mitin haríamos actos de desobediencia civil y nos arriesgaríamos a ser arrestados.

Y fue muy… Mira, yo soy blanca y soy privilegiada. No me iban a golpear. Pero fue una buena experiencia para mí, y lo hice varias veces hasta que ya no pude arriesgarme… a ser arrestada por meses porque tenía que volver a una nueva temporada de “Grace and Frankie”.

Así que me hice parte de… lo que llamamos un apoyo a los arrestados. Esperabas afuera a que salieran. Y yo… Eso es lo que hice. Estaría ahí cuando salieran y los abrazaría a todos y cada uno de ellos. Me hacía muy feliz.

Durante varias semanas, la multitud se hizo más grande. Y la mayoría jamás había hecho eso antes. Jamás habían sido parte de la desobediencia civil. Venían de todas partes del país: Oregón, el estado de Washington, Cleveland, Wisconsin.

Y luego llegó el COVID, y todo tuvo que ser virtual. Y teníamos, cada viernes, los simulacros del viernes virtual. Sabes, nos preocupaba que, con la pandemia, la gente se olvidara del clima. No lo hicieron. después de una semana de viernes de simulacros virtual, en D.C., esta chica ya no se sentía deprimida. Yo sabía que estaba haciendo todo lo posible para enfrentar la crisis climática.

Tenía 82. Cumplí 82 mientras estuve allí y fue muy interesante. Yo suelo ser solitaria. Me cuesta conocer gente nueva, pero durante esos cuatro meses en D.C., donde estaba conociendo gente nueva, lo superé. Jamás había abrazado tante gente en mi vida.

Y a pesar de que estos tiempos son tan difíciles, desafiantes y turbulentos, como sé que estoy haciendo lo mejor que puedo, ya no me siento deprimida. Me siento orgullosa de haber superado algunos de mis miedos y de seguir mi inspiración inicial. Lo hice y, probablemente, lo siga haciendo hasta el final hasta que físicamente no pueda más porque esto seguirá por mucho tiempo. Tenemos que continuar.

Así que, si te sientes deprimido, toma parte de la forma que puedas. Hacer algo que te haga sentir que haces la diferencia porque, créeme, sí hará la diferencia.

[SONIDO DE PASOS]

No soy una persona muy musical. Digo, yo… Yo no voy mucho a conciertos y no pongo música todo el tiempo. Pero hay ciertos artistas que, cuando sale una canción de ellos, dejo todo lo que estoy haciendo, y la disfruto.

Uno de ellos es Marvin Gaye. De hecho, conocí a Marvin Gaye. Además, me dijeron que él tenía una foto de mí en la puerta de su refrigerador. Me encantaba Marvin Gaye y esta es mi canción favorita de él.

Es la canción perfecta para el momento en que salió, y es perfecta ahora también, “What’s Going On”.

[MÚSICA - “WHAT’S GOING ON” POR MARVIN GAYE]

Me encanta Annie Lennox, y esta canción es mi favorita para hacer el amor. Creo que es romántica y sexi.

[LA MÚSICA SUENA MÁS ALTO]

Es una de mis canciones favoritas, Annie Lennox cantando “Why”.

[MÚSICA - “WHY” POR ANNIE LENNOX]

Me encanta K. D. Lang. Tengo cada uno de sus álbumes y los escuchaba una y otra vez. Y una de mis canciones favoritas de ella es una escrita, creo que, por Leonard Cohen. Mucha gente la ha versionado. Es la versión de K.D. Lang de “Hallelujah”.

[MÚSICA - “HALLELUJAH” POR K.D. LANG]

Así que ahí lo tienes, mi amigo caminante. Muchas gracias. Estoy orgullosa que salieras a caminar, espero que continúes haciéndolo. Espero que hayas disfrutado de mis historias. Espero que, de alguna forma, le hayan dado más vida a tu día.

Gracias por tomarte el tiempo de caminar conmigo hoy.