Ascensor espacial: ¿ciencia ficción o futuro de la humanidad? | Kurzgesagt

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Transcripción

Es difícil ir al espacio,

tanto como todos deseamos que hubiese una manera fácil

y accesible de ver nuestro planeta flotando en el espacio.

Justo ahora, la única manera es siendo un astronauta o un billonario.

Pero hay un concepto que podría hacerlo posible.

-mientras sirve como punto de partida a la exploración del universo-

El elevador espacial.

¿Cómo funciona exactamente?

Para entender cómo nos llevará al espacio,

primero debemos entender qué es una órbita.

Estar en órbita, básicamente, significa caer hacia algo,

pero moviendose tan rápido como para fallar.

Sí lanzas una pelota en la Tierra, hace un arco en el aire

y golpea el suelo.

En el espacio, la gravedad te mueve de la misma manera,

Pero sí te mueves muy rápido hacia los lados,

la curvatura de la Tierra hace que el suelo caiga lejos debajo de ti,

tan rápido como la gravedad lo jala hacia ella.

Para que los cohetes entren en órbita terrestre, deben ir arriba

y hacia los lados rápidamente.

Por contraste, un elevador espacial se energiza de la rotación de la Tierra

para llevar la carga más rápido.

Imagina un niño girando un juguete en una cuerda con una hormiga en su mano.

Mientras la hormiga escala la cuerda,

comienza a moverse cada vez más rápido mientras asciende.

Comparado los cohetes, con una carga lanzada en un elevador,

sólo necesitas proveerle la energía para ir arriba.

Los rápidos movimientos a los lados vienen gratis con la rotación terrestre.

Pero el elevador espacial sería sin dudas

la estructura más larga y costosa jamás construida por los humanos.

Así que, ¿lo vale?

Todo depende de los costos.

Los cohetes queman una gran cantidad de combustible,

tan sólo por llevar una pequeña cantidad de carga al espacio.

Con los precios actuales, cuesta cerca de USD$20,000 llevar un kilogramo al espacio,

son USD$1.3 millones para el humano promedio,

USD$40 millones por tu coche,

miles de millones de dolares para una estación espacial internacional.

El inmenso costo es una de las mayores limitaciones para el vuelo espacial humano.

Incluso con tecnología avanzada,

el precio no parece cerca de ser comparable al de un boleto de avión.

Un elevador espacial podría resolver este problema.

Después de la construcción,

el elevador espacial planea reducir de un céntuplo a USD$200 por kilogramo.

Sí un elevador espacial barato cuesta 20 miles de millones de dolares,

entonces recuperaríamos las pérdidas después de lanzar un millón de toneladas.

Similar al peso de dos estaciones espaciales internacionales.

¿Cómo se vería un elevador espacial en realidad?

Un elevador espacial tiene cuatro componentes principales:

el cable, el ancla, el contrapeso y el trepador.

La parte “elevador” del elevador espacial es el cable y el trepador.

Este se extiende desde la superficie de la Tierra al espacio.

El trepador es como un vagón elevador convencional.

Una cámara que se transporta hacia arriba o abajo del cable.

En la base estaría el ancla,

fijando el cable a la Tierra, junto a un puerto para los pasajeros.

En la cima está el contrapeso, el cual sostiene el cable.

El cable es retenido apretadamente como una cuerda

y sostenido desde arriba por la tensión del contrapeso.

Localizado a más de 36,000 kilometros de la superficie de la Tierra.

En el contrapeso podría haber una estación espacial,

punto de partida para todas las misiones del puerto ascensor espacial.

Pero, ¿en verdad podríamos construir uno?

Es difícil de decir.

El mayor reto es el cable.

Necesita ser ligero, asequible

y más estable que cualquier material que podemos producir hoy.

Hay materiales prometedores, como el grafeno y nanohilos de diamante,

pero incluso podrían no ser tan fuertes.

Y aparte de ser increíblemente fuerte,

el cable debería soportar corrosión atmosférica, radiación

e impactos de micrometeoritos y escombros.

Adicionalmente, toma varios días subir en el elevador.

¿Cómo alimentamos el ascensor?

Requieres mucha energía ir hacia arriba.

¿Necesitamos un reactor nuclear en nuestro vagón elevador?

¿O con un haz desde el suelo mediante un láser superpotente?

¿Y dónde conseguimos los materiales para un cable de 36,000 kilometros de largo?

¿Lo elaboramos en la Tierra y lo lanzamos al espacio?

¿O lo hacemos en el espacio y lo bajamos hacia la Tierra?

¿Podría la minería de asteroides ser la respuesta?

Aún hay algunos grandes obstáculos tecnológicos por superar.

Y el elevador espacial no viene sin riesgos.

Sí el cable se rompiese, colapsaría de una forma espectacular.

Sí se rompe cerca del ancla,

la fuerza ejercida por el contrapeso causaría que todo el elevador huyera,

ascendiendo hacia el espacio.

Sí se rompe cerca del contrapeso,

el cable se caería,

enredándose alrededor del mundo y azotandose en el extremo.

El escombro resultante podría ocasionar serios problemas a futuros vuelos espaciales.

Sí construimos un elevador espacial en la Tierra, necesitamos hacerlo bien a la primera.

Por estas razones algunos expertos han propuesto construir primero

un elevador espacial en la Luna.

La gravedad lunar, es más débil que la terrestre.

Así que un material existente más endeble, como el kevlar,

podría servir como cable.

Aún con todos estos retos,

la recompensa por tener un elevador espacial debería ser inmensa.

Podría ser el primer paso para, en verdad, convertirse en una civilización espacial.

Quizás nunca construyamos un elevador espacial,

pero al tratar de hacerlo, aprenderíamos muchísimo.

Y cuando se trata de la exploración del universo,

no pueden haber suficientes sueños, de un futuro gloriosos.