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Transcripción

¿Que pasaría si detonáramos

el arma nuclear más potente de la humanidad en el punto más profundo del oceano?

Está claro, tsunamis de cientos de metros destruirían ciudades costeras,

terremotos arrasarían países,

nuevos volcanes nos llevarían un invierno nuclear…

¿Puede que incluso la tierra se partiera en dos o…

se saliera de órbita?

Bueno… Casi.

Actualmente, el punto más profundo que conocemos de La Tierra se encuentra dentro de la Fosa de las Marianas.

La Fosa de las Marianas es un “valle” muy profundo

justo en el borde de dos placas tectónicas

que parece una montaña al revés.

Alcanza una profundidad de 11 kilómetros,

casi tres veces más profundo que la oscura tumba del Titanic.

Este es uno de los últimos sitios en la tierra que los humanos aún no han explorado.

Negro como el carbón y bajó una presión de mil atmósferas.

Es un sitio relativamente inalterado, gracias a la ausencia de humanos.

¡Un maravilloso lugar para nuestra prueba nuclear!

Usaremos la bomba atómica jamás explotada:

la bomba de hidrógeno RDS-220 o la Tsar Bomba.

Su explosión fue tan colosal que su onda expansiva viajó tres veces alrededor de La Tierra,

y el hongo que produjo se extendió hasta los 56 kilómetros por el cielo.

Su onda expansiva fue lo suficientemente potente como para destruir todo en mil kilómetros cuadrados,

Y su bola de fuego lo suficientemente caliente como para quemar los escombros.

Bombas como esta desatan tal cantidad de energía de una vez, que podrían evaporar lagos enteros.

Y si explotáramos una bomba nuclear en la Fosa de las Marianas, eso es exactamente lo que pasa.

Apretemos el gatillo.

En los primeros microsegundos, el combustible nuclear sigue su reacción en cadena

y explota con el poder de 50 megatones de TNT (50 000 000 toneladas)

Un destello de luz cegadora ilumina la oscuridad de la fosa, por primera vez en la historia.

El calor de la explosión produce una cavidad, una burbuja ardiente de vapor de agua,

núcleos radioactivos, y los restos de muy desafortunados peces.

La burbuja crece con rapidez, evaporando el agua a su alrededor.

La presión de la burbuja es inmensa, embistiendo hacia afuera como si no hubiera nada en su camino.

Produciendo una onda expansiva que serian sentidas por estaciones sísmicas y ballenas en todo el mundo.

Y entonces, casi tan rápido como emerge, se detiene.

En la superficie de La Tierra, esta burbuja ardiente crecería hasta los diez kilómetros en el segundo después de que detonara,

ya que la atmósfera apenas opone resistencia para que se frene.

Pero la presión en el fondo de la Fosa de las Marianas es ENORME,

con 11 kilómetros de agua sobre ti,

estar en la Fosa de las Marianas es como ser aplastado por una prensa hidráulica desde todas las direcciones.

Ahora, un segundo después de la detonación, nuestra burbuja tiene más o menos un kilómetro de diametro,

cuando, por raro que parezca, empieza a encoge

La burbuja se sobre-extiende, perdiendo presión mientras se expande, hasta que el agua se la devuelve, recomprimiendola.

Este tira y afloja entre esta fiera burbuja de la muerte y el agua va y vuelve unas cuantas veces,

la burbuja encogiéndose y creciendo, hasta que eventualmente la burbuja pierde definitivamente.

La presión a su alrededor es demasiada, y el agua turbulenta empieza a desmenuzarla.

Se convierte en algo como el equivalente acuático a un hongo nuclear,

mientras se desintegra en burbujas más pequeñas pero calientes y radioactivas que ascienden.

Y mientras nuestra temible onda destructiva sube a la superficie, no hace… prácticamente nada.

Solo una pequeña ola, y una burbujeante columna de agua caliente y radioactiva en el pacifico.

Ningún tsunami arrasará Japón o California,

aunque barcos y ballenas en la zona pueden pasarlo un poco mal.

Los residuos radioactivos serán diluidos en el Pacífico después de unos pocos dias.

Aunque una buena cantidad de agua y sal radioactivas llegará a la atmósfera,

donde se amontonará y lloverá de vuelta, otra vez.

Incluso si el viento lleva los residuos directamente hacia las Filipinas,

lo peor probablemente ya pasó en el océano.

Pero claramente, el verdadero peligro viene con nuestra explosión produciendo terremotos y erupciones ¿verdad?

Incluso si detonáramos la bomba justo en el punto exacto de la Fosa

donde se tocan las placas tectónicas, lo más seguro es que no.

La explosión vaporizaría parte del fondo oceánico, convirtiendo mucha arena en cristal,

pero la mayoría de la energía va a parar al agua, no a las ondas sísmicas.

Los terremotos ya son bastante comunes en los bordes de las placas tectónicas.

Y terremotos con tanta energía como nuestra bomba pasan unas pocas veces al año

sin provocar ningún tipo de apocalipsis.

¡Pero puede que afecte a la órbita terrestre!

Ya que nada de masa se añade y se quita de la tierra, nuestra órbita se ve completamente inafectada.

Además, han habido bastante más de mil pruebas nucleares en los últimos 70 años.

Y eso no ha cambiado nuestra órbita, ¿por que esta vez sería distinto?

Las fuerzas más poderosas que la humanidad es capaz de desatar son de risa comparadas con las fuerzas de la naturaleza.

El planeta es demasiado grande ¡Le da igual!

Entonces ¿Que pasa si detonamos una bomba muy hondo en el oceano?

Casi que nada.

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Cuak

[Musica de despedida]