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Transcripción

La electricidad siempre está alrededor nuestro.

Hace nuestras vidas más fáciles, más seguras, más entretenidas…

y la mayoría de nosotros nunca piensa sobre ella.

¿Pero hay algo así como mucha electricidad?

¿Podría la cosa que es la fundación del mundo moderno

estar matándonos lentamente?

Antes de que profundicemos,

intentemos entender qué es la electricidad.

y como nos afecta.

La electricidad es el movimiento de una carga eléctrica.

Este movimiento genera campos eléctricos y magnéticos

que se propagan por el espacio y transportan energía.

Denominamos este fenómeno, “Radiación Electromágnetica”.

“Radiación” es una palabra que pone a la gente muy nerviosa.

Pero, irradiar simplemente significa “estar dando”. (dar algo)

Como cuando el “radiador” en tu casa entrega calor,

en la forma de radiación infrarroja.

Diferentes partes del espectro electromagńetico,

corresponden a distintos tipos de radiación.

Y, la una buena parte de ellos son perfectamente benignos.

Aunque algunos pueden ser peligrosos.

La radiación con longitudes de onda muy corta,

como rayos UV, rayos X, y rayos Gamma,

es suficientemente fuerte como para arrancar electrones de sus átomos,

lo que puede causar quemaduras y daño genético.

Esto es lo que la mayoría de gente tiene en mente cuando oye el término “radiación”.

El resto del espectro cubre un gran rango de ondas más largas.

desde luz visible, infrarrojo,

microondas, hasta ondas de radio.

Este es el tipo de radiación que es emitida por toda clase de tecnología humana.

Teléfonos móviles, routers,

líneas de transmisión, y electrodomésticos.

Esta radiación no daña (disrupt) moléculas en nuestro cuerpo.

Aún así, algunos tipos de radiación pueden estimular músculos y nervios,

lo que además puede hacer que los pelos en tu cuerpo vibren,

lo que ocasionalmente puede causar una sensación de “cosquilleo” cuando se encuentra sobre algunos umbrales energéticos.

Otros tipos, en cambio, son útiles para hacer comida.

Los microondas hacen oscilar las moléculas de agua en tu comida,

lo que las calienta.

Esto nos pasa todo el tiempo:

Por ejemplo, ese placentero calor que sientes en la plata,

corresponde a tu piel siendo calentada por la exposición a

radiación electromagnética infrarroja proveniente del sol.

Nos encontramos rodeados por fuentes electromagnéticas

naturales y benignas todo el tiempo,

y siempre ha sido así.

Pero desde la Revolución Industrial,

hemos añadido una gran cantidad de ellas a nuestro entorno inmediato.

La pregunta de si esto realmente es peligroso,

primero recibió atención pública en 1970 cuando un estudio

correlacionó la leucemia con vivir cerca de líneas de transmisión.

En todo caso, este estudio particular fue desacreditado rápidamente:

La conexión no podía ser explicada,

y no se pudo confirmar ningún vínculo causal.

Pero una vez que esto había sido propuesto, la idea persistió…

Y los miles de estudios hechos acerca de posibles daños,

ilustran que todavía es visto como una amenaza muy real.

Una gran cantidad de gente afirma ser sensible a la radiación

proveniente de electrodomésticos y teléfonos móviles.

Reportan síntomas como dolores de cabeza,

náusea, reacciones en la piel,

ojos irritados, o cansancio crónico.

Pero eso son solo los efectos reportados día a día.

Unos cuantos estudios han encontrado resultados mucho más perturbantes,

tales como posibles conexiones entre el lado del cerebro

que es particularmente activo en el uso de teléfonos móviles,

y la aparición de tumores cerebrales.

La pregunta que la ciencia está intentando responder,

no es tanto sobre los efectos agudos de la radiación,

ya que sabemos, por ejemplo, que los rayos X causan daños directos a el ADN en tus células

pero que lo mismo no ocurre con ondas de radio.

La pregunta realmente es:

¿Es la clase de radiación débil con la cual siempre nos encontramos rodeados,

dañina a largo plazo debido a un mecanismo aún por ser descubierto?

Responder esta pregunta fue mucho mas difícil de lo que creímos en un principio.

Hay miles de fuentes primarias, reportes y declaraciones por un centenar de diferentes organizaciones.

Por eso, leímos muchísimo para preparar este video.

Puedes revisar nuestra investigación en la descripción del video.

Lo que encontramos es un buen ejemplo de cómo la ciencia debe y no debe ser comunicada.

Muchos de los estudios altamente citados que han provocado pánico sobre la radiación electromagnética, son muy controversiales.

Por ejemplo,

una serie de estudios poblacionales basado en encuestas y auto-evaluaciones.

Lo que esto implica, por ejemplo,

es preguntar a pacientes con tumores cerebrales, cuánto ellos consideran que usaron su celular en los últimos años.

El problema es: la gente es poco confiable.

Tendemos a recordar cosas mal, o podemos ser influenciados fácilmente.

Más encima,

estudios o reportes en los medios pueden estar eligiendo selectivamente las conclusiones que más soportan su opinión,

o hacen para el titular más impactante.

Por ejemplo, un estudio buscando cáncer en ratas y ratones como resultado de radiación de móviles,

Sus resultados parecían mostrar una conexión.

Pero, por alguna razón, solo en ratas macho.

Y ninguna conexión en ratones.

Pero se reportó públicamente que este estudio supuestamente “probaba” que la radiación de celular causaba cáncer.

Desafortunadamente, este es el caso de estudios con resultados negativos y positivos en el problema.

Otro aspecto es que la OMS oficialmente clasificó los campos de ondas de radio como “potencialmente carcinogénicos”.

Pero lo que esto realmente significa, es que hay algunos indicios de que podrían producir cáncer,

pero no podemos probarlo, y vamos a seguir investigando.

Así que si nos ponemos en perspectiva, ¿Cúal es el plano general?

En conjunto, no se encontró evidencia consistente en estudios humanos, que indicara que

la radiación electromagnética bajo umbrales de exposición, causen cualquier problema de salud.

Si, hay algunas asociaciones estadísticas,

pero son mayoritariamente débiles e inconsistentes.

Si hubieran relaciones causa-efecto definitivas,

ya lo sabríamos, debido a la gran cantidad de datos que ya tenemos.

Por eso, basado en el estado actual de la ciencia,

¿Deberías preocuparte de tu la radiación proveniente de tu celular, laptop o televisión?

La respuesta es no.

No deberías preocuparte.

Pero qué pasa sobre la gente que dice que la radiación está afectándolas?

La investigación sugiere que podrían estar experimentando el llamado “Efecto Nocebo”.

Es decir, si tienes un dolor de cabeza y te empiezas a sentir mejor después de apagar tu laptop,

podrías empezar a ver una conexión entre ambas cosas.

Una vez que tienes esta sospecha, la idea por sí sola de que la radiación débil podría estar dañándote,

podría ser la cosa que realmente está afectándote.

Es muy fácil desestimar a esta gente,

la mayoría de ellos sienten de que no están siendo tomados en cuenta, lo que hace la situación mucho más difícil para ellos.

Deberían tener apoyo.

Sin embargo, es importante ser consciente que, por lo menos por ahora,

no tenemos evidencia robusta de que la electricidad, bajo niveles razonables, tiene algún efecto negativo en humanos.

La economía de atención en la que vivimos,

hablar sobre peligros sin probar puede hacernos ignorar cosas que sabemos con seguridad que nos hacen mal.

Solo un ejemplo:

La contaminación aérea de exteriores está vinculada con más de 4.2 millones de muertes prematuras al año,

y definitivamente es algo en lo que podríamos tener un impacto real hoy en día.

Pero, incluso así, para que la gente se sienta segura, y para asegurarnos completamente,

hay varios estudios a largo plazo que se encuentran en curso sobre el tema.

Por ejemplo, el estudio COSMOS que va a buscar todos los posibles impactos del uso de teléfonos móviles,

midiendo precisamente la frecuencia y duración de cada llamada.

Pero mientras esperamos la conclusión de estos estudios a largo plazo,

hay una cantidad grande de problemas urgentes en los que deberíamos poner nuestra atención.