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Los humanos soñamos con dejar la Tierra y viajar a través de la galaxia.

Pero nacimos demasiado pronto para ser parte de ello.

¿O puede que no?

La realidad es,

que podríamos comenzar nuestro sueño construyendo una base lunar hoy.

De hecho, tenemos la tecnología

y estimaciones actuales de la NASA y el sector privado

dicen que podría hacerse por entre 20 a 40 mil millones de dólares, repartidos en aproximadamente una década.

El precio es comparable a la Estación Espacial Internacional

o al superávit presupuestario de Alemania en 2017.

Realmente no es una inversión tan grande.

La recompensa sería inconmensurable.

La Luna es un campo de pruebas para desarrollar nuevas tecnologías y explotar recursos ilimitados.

Comenzaría una nueva carrera espacial,

y sentaría las bases para que nos diseminemos por el sistema solar y más allá.

Crearía una gran variedad de nuevas tecnologías que nos beneficiarían en la Tierra

y todos seríamos parte de ello.

Entonces, ¿por qué no lo hacemos?

Bueno, lamentablemente, es difícil lograr que los gobiernos se interesen en inversiones a largo plazo en el futuro de la humanidad.

Imaginemos, cómo lo haríamos.

Si comenzamos hoy, ¿cómo construiríamos una base lunar?

A través de la historia,

la colonización sucedió en fases:

En la primera fase de la era de la exploración del nuevo mundo, por ejemplo,

Los monarcas europeos financiaron expediciones para trazar mapas, descubrir y reivindicar sus derechos.

Plantaron una bandera y montaron un campamento, pero no se quedaron.

En la segunda fase, se fundaron pequeñas misiones para establecer puestos de avanzada y asentamientos,

que todavía eran muy dependientes de sus países de origen para los suministros.

Algunos fracasaron, pero otros sobrevivieron y establecieron una presencia permanente.

Solo entonces, en la tercera fase, apareció una verdadera colonia

a la cual los comerciantes y los trabajadores podían emigrar,

creando nuevas riquezas y oportunidades para ellos y sus familias,

enviando grandes riquezas a sus países de origen.

Cuando colonicemos la Luna,

pasaremos por las mismas tres fases.

Esta vez, sin asesinar a millones de personas inocentes en el proceso.

La Luna no es un lugar acogedor para los seres vivos.

Un día en la Luna dura 29 días terrestres

con una diferencia de tal vez 300 grados Celsius entre el sol y la sombra.

No hay atmósfera para protegernos de meteoritos, grandes o pequeños, o radiación cósmica.

Peor aún, la superficie lunar está cubierta por una capa de desagradable polvo áspero.

La Luna es difícil.

Pero somos buenos haciendo cosas difíciles.

En la primera fase de la colonización lunar,

nuestros exploradores demostraron que se podia hacer,

que un nuevo mundo podía ser alcanzado.

Esta fase comenzó hace 60 años con las misiones Apollo.

Desde entonces, satélites como el Orbitador de Reconocimiento Lunar americano han mapeado la Luna,

mientras que los rovers como los chinos Yutu, han estudiado la composición de la superficie lunar.

Buscando agua, hielo y metales.

La primera fase está más o menos completa.

Sabemos lo que necesitamos saber para entrar en la fase dos.

En la segunda fase,

los astronautas construirán la primera base lunar y esto podría comenzar hoy.

La primera pequeña base Lunar podría completarse en una década.

La primera nación que establezca esta base,

será similar a las primeras naciones que construyeron puestos avanzados en el nuevo mundo hace 500 años.

Es caro enviar cohetes a la Luna.

Por lo tanto, enviaremos lo menos posible.

La base será ligera,

poco más que hábitats inflables para equipos de no más de 12,

y se desplegará en algún lugar con un refugio natural.

Las opciones incluyen cuevas, como túneles subterráneos de tubos de lava,

o cráteres cerca de los polos, donde los días son de seis meses.

Estos astronautas no se quedarán mucho tiempo.

Es probable que el hábitat se abandone entre misiones,

ya que los paneles solares no pueden generar electricidad durante la noche lunar.

Pero harán el trabajo preliminar para permitir que los humanos se queden permanentemente.

Nuestro primera tripulación consistirá en científicos e ingenieros

quienes estudiarán la composición de la Luna

y cuyos experimentos explorarán formas de usar el material lunar disponible.

Por ejemplo, purificar el hielo lunar y convertirlo en agua para uso humano.

Y el agua es importante para mucho más que beber.

Pueden usarlo para experimentar con el cultivo de plantas para obtener alimentos.

Las pilas de combustible de hidrógeno almacenarán energía durante la larga noche,

extendiendo las estancias de los astronautas.

Y más importante:

Podría dividirse en hidrógeno y oxígeno.

¡Combustible para cohetes!

Recogiendo agua de la Luna y poniendola en órbita,

la base lunar proporcionará un depósito orbital.

Donde las misiones científicas a Marte y al sistema solar exterior puedan reabastecerse.

Comparado con la Tierra, es mucho más fácil y económico poner cosas en órbita en la Luna.

Colonizar Marte puede significar partir de la Luna.

Pero esta no es una verdadera colonia, todavía no.

La base será abandonada si se detiene la financiación.

Si queremos que nuestra base crezca hasta la tercera fase, ser una verdadera colonia,

debe volverse autosuficiente, financiandose mediante exportaciones hacia la Tierra.

Entonces, los contratistas privados llegarán buscando enriquecerse con los recursos lunares y los servicios de apoyo.

Si es más barato producir combustible para cohetes en el espacio,

¿Con qué otras cosas podrían hacerse ricos?

Podrían extraer metales preciosos,

abundantes en los cráteres de impacto

y otras materias primas del regolito lunar.

Una posibilidad prometedora es la extracción de Helio-3,

un isótopo que podría usarse algún día en reactores de fusión nuclear,

algo que el programa de exploración lunar chino está investigando actualmente.

Los futuros colonos pueden exportar Helio-3 a la Tierra,

brindándonos energía de fusión barata y limpia.

Los asteroides podrían ser arrastrados a la órbita de la Luna y minados.

Con las exportaciones comerciales hacia la Tierra,

la colonia está completando su tercera fase,

ser autosuficiente y económicamente productiva.

Nuestra base comenzará a usar material lunar en sus proyectos de construcción, si quiere seguir creciendo.

Afortunadamente, el suelo lunar tiene todos los ingredientes necesarios para hacer hormigón.

Las plataformas mineras robóticas podrán tamizar el polvo lunar para extraer moléculas orgánicas

y podrían ser usadas para construir estructuras enormes

demasiado grandes para ser traídas desde la Tierra.

Mientras que avances en la impresión 3D,

harán posible producir casi todo lo demás que las tripulaciones necesiten.

Es difícil decir cuándo exactamente la colonia se vuelve autosuficiente.

El crecimiento es gradual,

los experimentos son reemplazados por la industria

y la población aumenta constantemente hasta alcanzar los cientos,

incluyendo más que solo científicos.

Ingenieros, pilotos y contratistas representando a países y corporaciones estarán presentes.

Dos de estas personas harán un gran avance.

No uno científico, sino social.

Tendrán el primer niño extraterrestre.

A lo largo de la historia,

el nacimiento del primer hijo se celebrraba como el momento en el que la semilla de una colonia

final e irreversiblemente echaba raíces.

Aquí, significa que la Luna no es solo un lugar para que los científicos e ingenieros trabajen,

también es un lugar para que la gente viva, para crear una familia.

Una vez que ocurre esta transición, la colonia crece rápidamente,

construyendo más hábitats, escuelas, granjas y todo lo necesario para mantener a la creciente población.

A medida que nuestra colonia crezca, se inventarán todo tipo de nuevas tecnologías para sustentarla.

Podrían desarrollar cultivos que reciclen eficientemente el dióxido de carbono,

o que crezcan con muy poca agua.

Podrían encontrar formas de reciclar y reutilizar el 100% de sus desechos,

tecnologías que son extremadamente valiosas para la Tierra.

Incluso podrían construir el primer ascensor espacial en el Sistema Solar.

Con un ascensor espacial, naves espaciales, astronautas y materias primas,

podrían llevarse a la órbita lunar, sin necesidad de usar cohetes.

La Luna podría convertirse en un centro de actividad económica a una escala difícil de imaginar por ahora.

Es difícil decir a quien pertenecería la colonia en este punto.

¿La primera persona nacida en la Luna tomará la identidad nacional de sus padres?

¿O una nueva generación fundará una nueva sociedad lunar?

Y cuando los tratados existentes que prohíben a cualquier nación poseer la luna sean inevitablemente reescritos,

¿Se les dará voz y voto a los colonos?

¿Declararán la independencia de la Tierra?

Sea como sea,

la Luna es un campo de pruebas perfecto para aprender a colonizar el Sistema Solar,

el proyecto perfecto para unificar naciones,

y la única manera de garantizar nuestra supervivencia como especie,

si alguna tragedia sucediera en la Tierra.

Si alguna vez queremos colonizar la Vía Láctea,

Tendremos que comenzar por algún sitio.

Entonces, ¿por qué no comenzar por ahí?

¿Por qué no comenzar ahora?

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