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Transcripción
El terrorismo da mucho miedo
especialmente cuando ocurre cerca de casa
y no en un sitio lejano.
A nadie le gusta tener miedo, y estábamos ansiosos por hacer que el miedo desapareciera,
así que exigimos más seguridad.
En la última década, es cada vez más común
que las libertades civiles sean reducidas y que las agencias gubernamentales espíen a los ciudadanos
para reunir y almacenar sus datos personales.
No importa que seas de derechas o de izquierdas,
esto nos afecta a todos.
Así que deberíamos echar un vistazo a los datos y preguntarnos honestamente:
“¿Estamos más seguros después de todo esto?”
Después de los ataques del 11-S, el gobierno estadunidense declaró
que la ley no se había puesto al día con tecnología.
Se creó el programa de vigilancia de terroristas,
inicialmente para interceptar comunicaciones vinculadas con Al-Qaeda.
Las autoridades estaban seguras de que si el programa se hubiera implementado antes del 11 de septiembre,
los secuestradores podrían haber sido detenidos.
Pero pronto los nuevos poderes fueron usados para encontrar culpables por asociación.
El FBI usó registros de inmigración para identificar
extranjeros árabes y musulmanes nacionalizados en los Estados Unidos.
De esta forma, 80.000 personas fueron registradas,
otras 8.000 fueron entrevistadas por el FBI,
y más de 5.000 acabaron en prisión bajo fianza.
No se encontró a ningún terrorista, en la denominada
“La campaña de perfilado étnico más agresiva
desde la Segunda Guerra Mundial.”
Cómo de común se había vuelto para las agencias gubernamentales
reunir y almacenar la información personal de ciudadanos
se hizo evidente por los documentos filtrados por Snowden 2013.
Mostraron cómo la NSA puede pedir información
sobre usuarios a empresas como Microsoft o Google
sumado a su recolección diaria de información del tráfico civil de internet
como contenido de e-mails y listas de contactos.
Así que, en vez de centrarse en criminales,
los gobiernos están progresivamente dirigiendo su atención a… todos.
Pero si estás buscando una aguja en un pajar,
añadir más paja al pajar no va a hacer más fácil encontrar la aguja.
Al contrario, todo éxito reciente anunciado por la NSA
proviene de métodos de vigilancia tradicionales.
A pesar de las grandes esperanzas, el programa de vigilancia de la NSA
no ha detenido ningún gran ataque terrorista.
Por ejemplo, uno de los terroristas en la Maratón de Boston
ya era un objetivo del FBI.
Entonces, lo que necesitamos no es más información aleatoria,
sino mejores maneras de entender y usar la información que ya tenemos.
Las agencias de espionaje también están presionando para deteriorar el encriptado.
A principios del 2016, el FBI pidió a Apple que desarrollara un programa secreto
para inhabilitar el encriptado del iPhone de un terrorista.
Apple declinó públicamente, no sólo porque esta herramienta podría ser usada para
debilitar la privacidad a nivel mundial de ciudadanos que respetan las leyes,
sino también temiendo abrir las compuertas a gobiernos solicitando acceso
a una tecnología usada por millones de personas,
un miedo compartido por expertos en seguridad y criptógrafos.
Unas semanas más tarde, el FBI reveló que habían hackeado el teléfono ellos mismos
básicamente admitiendo que habían mentido al público sobre la necesidad de un “plan B”
lo que hace a uno preguntarse si las agencias de espionaje son de fiar
en cuanto a privacidad y seguridad.
Sobre todo considerando que la NSA, por ejemplo, ya cuenta con la capacidad
de encender el micrófono de tu iPhone o activar la cámara de tu portátil
sin que lo notes.
Preocupaciones como éstas a menudo se encuentran con el argumento:
“Si no tienes nada que ocultar, no tienes de que preocuparte”
Pero este razonamiento solo propicia la opresión.
Querer mantener ciertos asuntos de tu vida en privado
no significa que estés haciendo algo mal.
Ahora mismo, vivimos en una democracia.
Pero imagina el daño que la persona equivocada podría hacer con todos tus datos
y tan fácil acceso a nuestros dispositivos.
Las leyes anti-terroristas permiten a las autoridades investigar y castigar
crímenes no terroristas más agresivamente.
Si le das a las autoridades herramientas poderosas, las usarán.
Esa es la razón por la que el seguimiento democrático es tan importante:
incluso si esas herramientas y leyes no son usadas contra ti hoy,
puede que lo sean mañana.
Por ejemplo, después de los ataques de noviembre de 2015 en París
Francia expandió sus ya numerosas leyes anti-terroristas
dándole a las fuerzas de seguridad mayor poder para hacer redadas
y poner a la gente bajo arresto domiciliario.
Tan solo unas semanas después, se hizo evidente que esos poderes estaban siendo usados
para propósitos para los que no fueron creados, como reprimir protestas por el cambio climático.
Los gobiernos de España, Hungría, y Polonia
han introducido más leyes restrictivas en el ámbito de la libertad de reunión y expresión.
La libertad de expresión y prensa en Turquía
ha sido seriamente dañada en los últimos años,
con gente sentenciada a prisión por criticar al gobierno.
Nada de esto nos ayuda a luchar contra el terrorismo.
El motivo detrás de esto puede que sea bueno, e incluso noble,
pero si permitimos que nuestros gobiernos limiten nuestras libertades,
el terrorismo gana.
Lo que es peor, si no tenemos cuidado,
puede que nos movamos lentamente hacia un estado de vigilancia.
Los datos son claros: recortar los derechos, junto con la vigilancia masiva,
no ha conducido a un éxito significativo, hasta el momento
pero ha cambiado la naturaleza de nuestra sociedad.
El terrorismo es un problema complicado…
…sin fácil solución.
Ningúna forma de vigiliancia puede impedir que unos individuos
fabriquen una bomba en su sótano.
Debemos mantener en mente el principio de proporcionalidad:
Crear llaves maestras para acceder a millones de teléfonos
no es lo mismo que registrar una sola casa.
En la mayoría de paises, la ley ya permite un mayor rango de acciones,
incluyendo la vigilancia específica.
Para aprovechar al máximo este potencial
necesitamos una mejor cooperación internacional
y políticas de seguridad y exterior más efectivas
Una mejor aplicación de nuestras leyes actuales,
en vez de nuevas, y más restrictivas, que minen nuestra libertad.
No dejemos que el miedo destruya aquello de lo que estamos más orgullosos:
La democracia, así como nuestros derechos y libertades fundamentales.
Este video ha sido posible gracias a vuestro apoyo en Partreon.com
y la Plataforma de Libertades Europeas http://www.liberties.eu