Cómo las bacterias gobiernan tu cuerpo: el microbioma. | Kurzgesagt

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Transcripción

Los microorganismos están por todos lados,

en tu teléfono,

en tu botella de agua,

en tus manos antes de lavarlas,

en tus manos después de lavarlas,

y literalmente por todos lados encima de ti.

Los microbios son omnipresentes en cualquier instante y no podemos hacer nada sobre ello

Entonces, hace millones de años hicimos un pacto,

les damos refugio y comida,

y a cambio ellos trabajan para nosotros.

Pero mientras más aprendemos de esta asociación, más se parece a una guerra fría

Dentro del útero de nuestra madre, los humanos iniciamos estando estériles

Cuando nacemos y viajamos a través del canal de parto,

billones de bacterias de nuestra madre cubren cada parte de nuestros cuerpos.

Esta es una parte esencial de la salud humana.

Los niños nacidos por cesárea tienen una tasa de asma más elevada,

enfermedades inmunológicas e inclusive leucemia.

Por lo que nuestros cuerpos no solo aceptan la invasión de microorganismos, le dan la bienvenida.

Por millones de años, hemos co-evolucionado para sacar lo mejor de nuestra relación.

La leche materna por ejemplo,

contiene azúcares especiales que tienen como fin alimentar y mantener

ciertos grupos de microbios,

funcionar como señuelo para otros,

y ayudar a modular al sistema inmunológico.

Toma hasta dos años que una comunidad de microbios sana se forme.

Cada humano tiene su propio microbioma, constituido por bacterias,

virus, hongos y otros organismos.

Tenemos tres categorías de huéspedes, dentro y fuera de nuestros cuerpos.

Uno:

Pasajeros sigilosos que hacen sus propio trabajo y son ignorados amablemente.

Al permanecer ahí, ocupan espacio y mantienen a intrusos más agresivos alejados.

Dos:

Huéspedes que nos producen daño,

pero con quienes también hemos aprendido a vivir,

por ejemplo, bacterias que literalmente producen ácido y derriten nuestros dientes,

si no los cepillamos adecuadamente.

Quieren ocupar tanto espacio como les sea posible,

y no deseamos que lo hagan.

Pero no podemos deshacernos de ellos por completo

Tres:

Miembros amigables que nuestros cuerpos quieren tener cerca,

la mayoría constituyen una comunidad de 380,000 billones de bacterias,

de hasta 5,000 especies diferentes que viven en nuestro intestino.

Estos microorganismos nos ayudan a digerir nuestros alimentos,

y jalar aquellas calorías adicionales de cosas que no podemos digerir por nosotros mismos.

Desafortunadamente, nuestro intestino también es el blanco perfecto para el ataque de intrusos,

por lo que está custodiado por un ejército agresivo,

nuestro sistema inmunológico.

Para poder sobrevivir aquí, nuestro microbioma co-evolucionó con nosotros

para poder comunicarse con nuestro cuerpo.

La parte más importante de ello es pedirle al sistema inmune que no las mate.

Pero ellas también tienen un motivo real para mantener nuestro intestino saludable,

algunas de ellas producen sustancias mensajeras,

que las ayudan a educar al sistema inmune,

y otras estimulan a las células intestinales a regenerarse más rápido.

Pero, durante los últimos años.

Ha surgido evidencia que la influencia de nuestro microbioma intestinal,

va mucho más lejos.

Inclusive podría hablarle directamente a nuestro cerebro.

Hemos observado algunas curiosidades,

el 90% de la serotonina de nuestro cuerpo,

Una sustancia mensajera importante para las neuronas

es producida en el intestino.

Algunos científicos piensan que el microbioma hace esto

para comunicarse con el nervio vago.

La autopista de la información de nuestro sistema nervioso.

Otros ejemplos son bacterias que estimulan a las células inmunes del intestino.

así que envían una especie de alarma al cerebro.

Aquí, activa a las células inmunológicas que ayudan a nuestro cerebro a recuperarse de lesiones.

Como el cerebro decide que comemos,

el microbioma está interesado en un cerebro saludable.

Un nuevo campo científico se está aperturando aquí

y estamos justo al borde de entender como estos

sistemas complejos dentro de nuestros cuerpos interactúan.

Pero estamos comenzando a ver que tanto nuestro microbioma

realmente nos influencia y a nuestro comportamiento.

Tomemos a la depresión como ejemplo,

Ratas sanas se alimentaron de entrañas de personas deprimidas,

comenzaron a mostrar un comportamiento similar a la ansiedad,

y síntomas que parecían depresión.

Y a principios del 2017, un estudio vinculó el microbioma a la inteligencia

conectando cierta combinación de bacterias en recién nacidos,

con mejores habilidades motoras y de lenguaje.

Pero también podría influir en nuestra vida diaria.

Pruebas con moscas de la fruta,

mostraron que su microbioma ejerce influencia sobre el tipo de comida que desean ingerir.

Esto podría significar que tus microbios son capaces de decirle a tu cerebro

que tipo de comida debes darles.

Aunque, esta no es una camino de un solo sentido

La semilla de nuestro microbioma proviene de nuestra madre,

pero el como se desarrolle y cambie está determinado por lo que comemos.

los organismos en nuestro intestino se alimentan de diferentes cosas.

a algunos les gustan las fibras y hojas verdes,

a otros las azúcares y almidones,

y algunos otros aman las papas fritas y la mantequilla.

Nuestro intestino es como un jardín en el cual constantemente decidimos,

que crecerá y florecerá.

Si comemos saludablemente, criamos bacterias que gustan de comida saludable.

Si comemos mucha comida rápida, entonces criamos bacterias que aman la comida rápida.

La vida es difícil, por lo que podemos quedar atrapados en un círculo vicioso.

Tienes un momento estresante y comes muchas hamburguesas, papas fritas y pizza.

Eso es grandioso para las bacterias que aman la comida rápida,

se multiplican y se multiplican, y ocupan espacio de las bacterias que aman los vegetales.

Pero aún peor, envían señales al cerebro para continuar haciéndolo.

esto te hace desear mas comida rápida.

Lo cual hace que se reproduzcan mas bacterias de comida rápida,

que hace que quieras mas comida rápida y así en adelante.

Este tipo de ciclo de retroalimentación positiva

podría jugar un enorme papel en la obesidad.

Pero, es importante recalcar que puedes combatir este proceso,

y revertirlo comiento saludablemente y estimulando el crecimiento de bacterias saludables.

Más allá del aumento de peso, nuestro microbioma también ha sido vinculado a otras

enfermedades graves como el autismo,

esquizofrenia y cancer.

Uno de los síntomas más tempranos del Parkinson es problemas intestinales.

Si tu cuerpo es sobrecargado con bacterias que te lastiman,

casi siempre hay una sola solución.

Traes un ejército de buenos chicos.

Eso es muy fácil.

Solo trasplantas algo de popó saludable.

Esto lo haces literalmente transfiriendo popó de un individuo sano,

a tu intestino.

Este método ya está siendo utilizado para curar diarrea

que es causada cuando C. difficile invaden al microbioma del intestino.

Pero aún no sabemos lo suficiente sobre los complejos mecanismos que interactúan.

Por ejemplo, un trasplante de un donador con sobrepeso curó la diarrea de una mujer

pero contribuyó a su obesidad.

Esto causó algunas inquietudes y otro estudio trató de revertir el efecto.

Trasplantes de popó de individuos delgados a obesos

les dio un microbioma mas diverso

y los hizo menos sensibles a la insulina.

Ambas cosas que también ocurren cuando la gente pierde peso

Necesitamos hacer mas ciencia para realmente entender

como nuestros microbios nos hacen saludables o enfermos.

Pero, lo queramos o no.

Necesitamos de nuestro microbioma y este nos necesita también.

Nunca tendremos nuestros cuerpos solo para nosotros mismos.

Pero hemos ganado un poderoso aliado,

si tan solo sabemos llevar las cosas en paz.